BANDERAS DE NUESTROS PADRES

El 1-0 (Bango) a favor en la ida, daba la confianza necesaria a la expedición azul, lo que sumado a la novedad de las noches europeas, así como el palmarés del rival (equipo más antiguo de Italia con 9 ligas en sus vitrinas), hizo que fuesen cientos los oviedistas desplazados hasta Génova.


Como compañera de viaje la ilusión, y desde luego la experiencia inédita hasta la fecha de un viaje tan lejano (cabe recordar que por aquél entonces, los desplazamientos de aficionados carbayones no solían producirse en gran número cuando el viaje superaba los 500km).
Más de 24 horas de viaje recorriendo el Cantábrico, atravesando el sur de Francia, y siguiendo por la Costa azul, para llegar a la famosa Lanterna, el faro, que alumbra uno de los puertos más famosos del mundo.
Allí, en las estrechas y empinadas calles del Porto Antico, se darían cita los oviedistas con ganas de perderse y hacer turismo por la hermosa capital de Liguria.
Aquellos que tenían contacto con aficionados Grifoni, ya estaban desde primeras horas en los aledaños del legendario Luigi Ferraris, reencontrándose con los genoveses a quienes habían conocido semanas atrás en Oviedo. 
Otra opción de entretenimiento fue la de un grupo de oviedistas, quienes antepusieron dar ánimos a los jugadores. A 10km del Luigi Ferraris se encuentra el Hotel Astor, que a día de hoy sigue abierto, y donde el Real Oviedo se encontraba concentrado. Allí los jugadores saludaron a los aficionados, y estos inmortalizaron el momento con sus cámaras.
El 3 de octubre de 1991 se disputó el segundo y último partido en competición europea de la historia del Real Oviedo. Todos aquellos que tuvieron la suerte de presenciar el partido en el Luigi Ferraris no lo olvidan. Son mayoría los que nos siguen acompañando en las gradas del Carlos Tartiere. Gente que en su juventud no dudó en apuntarse a una aventura nunca antes vista en la ciudad, pero que a día de hoy, después de 30 años, siguen recordando aquél viaje como uno de los mejores momentos de sus vidas.
Podría haber sido mejor, en dieciseisavos al Genoa CFC le esperaría el Dinamo de Bucarest. En octavos viajarían de nuevo a Bucarest, en esta ocasión para medirse al Steaua de nuestro querido Lacatus. Anfield en cuartos de final para medirse al Liverpool. Y el Ajax de Amsterdam en seminfinales. Serían los holandeses quienes les apearían de la competición, para a la postre ganar el título en una final contra el Torino. Podría haber sido mejor, sí. Escuchando lo que le deparó al Genoa aquella temporada podría haber sido mejor, pero al oviedismo le quedó el recuerdo de aquella noche en el Luigi Ferraris.
El 1-0 (Bango) a favor en la ida, daba la confianza necesaria a la expedición azul. Pero enfrente estaban los Braglia, Caricola, "Pato" Aguilera, Signorini o Skuhravý. Sería este último, el tanque checo, con 1,93 de altura el que adelantaría a los Grifoni en el minuto 20. No tardaría el Real Oviedo en dar la respuesta con gol de Carlos en el 38, lo que daba ánimos a pensar que la eliminatoria podía decantarse del lado Carbayón.
Pero una segunda parte bronca, llena de faltas, con un arbitraje del que se sigue hablando todavía (los famosos abrigos de p
ieles) y la expulsión de Lacatus daría un giro al partido. También se sigue hablando de Lacatus, de si los italianos le tenían la matricula apuntada, de si un mordisco a uno de los suyos el año anterior en un partido contra la Fiorentina (donde jugaba el genio de Bucarest), de si varios jugadores habían avisado a Jabo Irureta sobre el riesgo de que fuese amonestado viendo las provocaciones... El caso es que el Enfant terrible de los Balcanes se fue a la caseta, el Oviedo con uno menos en el 63, y doble cambio, Paco y Vinyals por Bango y Carlos.
Los últimos minutos siguen grabados en la memoria de los presentes que tienen a bien recordar su vivencia con otros oviedistas más jóvenes. 
El gol de Caricola en el 74 era una sentencia de muerte, el Oviedo tenía que aguantar, y aguantó, pero el gol de Skuhravý en el 89 sería la estocada, la terrible y esperada puntilla a un equipo que se aferraba como podía al reloj. 
Pero así lo quiso la historia: Genoa, Bango, Grifoni, Carlos Tartiere, Luigi Ferraris, Porto Antico, Carlos, Lacatus, San Mateo, Rossoblu, Branco, Viti, Caricola, Gorriaran, Marassi, Skuhravý, Zuñiga, Skuhravý, Luis Manuel, Skuhravý, Rivas, Skuhravý, Irureta, Skuhravý, Tuto, Skuhravý, Sañudo, Skuhravý, Jerkan, Skuhravý, Elcacho, Skuhravý, Schmidhuber, Skuhravý, Skuhravý, Skuhravý.
 
Una derrota, una eliminación, esa fue nuestra pequeña victoria. Ver ondear la bandera del Real Oviedo en otro país, ver las banderas de nuestros padres en el Luigi Ferraris.
 
Real Oviedo Culture Fans, siempre comprometidos con el archivo, conservación y difusión de nuestra historia, rinde homenaje a todos aquellos animaros al Real Oviedo aquél 3 de octubre de 1991 en Marassi.